Testimonio de un sacerdote, amigo del seminario.
Amaba el sacerdocio, lo llevaba en el alma, leía, estudiaba, escribía y rezaba buscando siempre la cercanía de Jesús y de María. Me acuerdo que le gustaba ir un rato antes de Laudes, (6:00 a.m.), para rezar con la capilla a oscuras y sólo las velas del altar prendidas, sólo él y Jesús en la penumbra del alba y en la intimidad del corazón.
Un comentario
Que VIDA tan BENDECIDA!!!. VIDA SANTA !!. Ésta Vida con mayúscula, me anima a seguir adelante. Tras los pasos del MAESTRO (JESÚS).
Algunas pocad veces me siento que puedo «agradar a Dios» con mí conducta.
Pero son Muchas las veces, que me siento, una pecadora farisea. En el «cumplo y miento». Piedad y Ayuda Madre !