Biografía

Siervo de Dios Guillermo Muzzio

Seminarista de la Diócesis de San Miguel

25 de Febrero de 1972 – 1 de Noviembre de 2002

Guillermo Muzzio
Guillermo Muzzio
Guillermo Muzzio

Guillermo nació en la localidad de Morón el 25 de febrero de 1972 y es el tercero de 6 hermanos. Sus padres se llaman Carlos y Carola, y sus hermanos mayores son Juan Carlos y Carola. Las menores son María Clara, Rosario y Teresita.

«Willy», como le decían sus amigos, fue bautizado el 22 de abril de 1972 en la Parroquia Espíritu Santo, en San Isidro. Desde esa localidad, en la que vivieron unos años, su familia se mudó a Bella Vista, partido de San Miguel, a fines de 1976.

Un año después comenzó su ciclo escolar en el Colegio Don Jaime. Egresó en 1989 con el título de bachiller secundario. Desde muy pequeño, su familia lo impulsó a formar parte de la iglesia católica, recibiendo su primera comunión en 1979 y su confirmación en 1985.

En sus tiempos de juventud estudió Ingeniería en Alimentos e hizo un curso de fotografía, un hobby que disfrutaba mucho. En 1992 decidió cambiar de carrera universitaria y comenzó a cursar Ciencias de la Educación en la Universidad Católica Argentina. Pero un hecho accidental que se produjo el 28 de enero de 1994, cuando viajaba en auto con amigos, cambió su vida.

En la localidad bonaerense de Balcarce, y más precisamente en la llamada «Curva de San Agustín», el grupo de amigos sufrió un vuelco. En ese momento, Guillermo fue despedido del auto y sufrió una herida en la médula espinal. Meses después, él mismo hablaría de «una curva en mi vida».

Luego de ese accidente, pasó varios meses sin caminar y sin saber si volvería a hacerlo, pero a la vez dejando enseñanzas. Durante su recuperación, un sacerdote que lo asistía en la Clínica Belgrano de Mar del Plata salió de su habitación emocionado, diciendo que «Guillermo es un santo». Pasó varios meses internado en un centro de rehabilitación, dando permanente testimonio de alegría y sosteniendo a los demás. Todos admiraron su temperamento y alegría, aún en medio del dolor y la incertidumbre sobre su salud.

Repetía una y otra vez que «no me puedo quejar del dolor porque a San Ignacio lo operaron sin anestesia». Era una costumbre en él, hacer referencia a la vida de los santos para encuadrar correctamente así situaciones ordinarias de su vida.

A los 24 años de vida, Guillermo encontró su vocación: ingresó al seminario en febrero de 1996. Inmediatamente se dio a conocer cuán profunda era su convicción y la alegría que sentía tras tomar la decisión de consagrarse a Dios como sacerdote.

A fines de la década del 90 le diagnostican una enfermedad terminal y después de varios tratamientos es sometido a un trasplante de médula, que resultó exitoso clínicamente pero que derivó en un conjunto de infecciones que lo llevaron a partir con solo 30 años. Guillermo murió en 2002, justamente un 1° de noviembre, el día que se conmemora a «Todos los Santos».

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