Te vi en el Hogar La Posada (Hogar de personas enfermas con HIV), ya enfermo, consolando a los enfermos. Te vi en el Altar de Dios, en cada Misa, y te vi ya en el Cielo. La ̇última vez que te vi, te vi en el «gran misterio de la cruz dolorosa» y amé más a Dios. Gracias, Guille, y ¡No te olvides de mí en el Paraíso!
Guío el camino a Dios a muchos niños y jóvenes.
Por empezar el fue el que guío el camino a Dios a muchos niños y jóvenes, nos enseño a ser buenas personas y a encomendarnos siempre a Dios y a la Virgen.